Después de muchas presiones, Bruselas ha tomado la decisión de congelar durante un año la normativa para cobrar a las aerolíneas extranjeras por la emisión de CO² en sus vuelos sobre superficie europea.
Esta idea es un paréntesis que tiene como objetivo comenzar las negociaciones que comenzarán el próximo mes de otoño en la Asamblea General de la Organización de Aviación Civil Internacional, OACI. Ahí es cuando se comprobará si la comunidad internacional está dispuesta para pactar un marco regulatorio común.
Hay que recordar que desde Europa impuso a principios de este año, a todas las compañías aéreas, incluidas a las de fuera de la Unión Europea, la obligatoriedad de pagar por sus emisiones. Por su parte, Estados Unidos respondió con una prohibición a todas las compañías de su país a pagar esta tasa.
India no se quedó con los brazos cruzados y amenazó con dinamitar cualquier posibilidad de acuerdo en la cumbre contra el cambio climático de la ONU. China dejó caer la posibilidad de una guerra comercial con la Unión Europea y más países como Rusia o Brasil.
Según declaró la comisaria de Acción contra el Clima, Connie Hedegaard: “nadie quiere más que nosotros un marco legal común sobre las emisiones. Adaptamos nuestro esquema regulatorio después de esperar durante años por los progresos de la OACI. Ahora parece que gracias al descontento de muchos países sobre nuestro sistema, muchos de ellos están preparados para llegar a un acuerdo”.
Vía: ElPaís