Lugares con encanto e historia en Córdoba

Patio Cordobés

Córdoba es una ciudad fascinante, que rezuma  embrujo  y exquisitez a partes iguales, por tanto, no es difícil pensar que cualquiera de sus rincones esconde un encanto y atractivo especiales.

Dependiendo de la época del año, Córdoba puede ofrecer al visitante una riqueza visual sorprendente y una hermosura en su máximo esplendor. Es el caso del mes de mayo, en donde se dan cita tres grandes tradiciones populares:

  • Cruces, verbenas en torno a esta insignia de la fe cristiana, que se realizan con flores.
  • Festival de patios, verdadero homenaje a la ornamentación de los patios con macetas de flores de geranios y gitanillas. Hacia la segunda semana del mes de María los propietarios de los edificios abren sus patios al visitante y concursan por ofrecer el mejor patio engalanado, y tanto propios como extraños se deleitan con buen vino de la tierra en la verbena y los Bares de San Basilio (también conocido como alcázar viejo).
  • La Feria de Nuestra Sra. De la salud. Antaño feria del ganado, en la actualidad es un desfile del folclore popular en donde el esparcimiento y diversión se dan cita en innumerables casetas, atracciones, tómbolas y actuaciones en vivo. Durante años ha ido sufriendo varios traslados, la constante expansión de sus casetas ha ido obligando a posicionarla en una zona urbana más espaciosa, denominado el recinto ferial de El arenal. Su portada es la más grande conocida actualmente en España.

La Plaza del Cristo de Gracia, enclave arquitectónico de singular belleza conocido popularmente como el Jardín del Alpargate, en donde se ubican la Iglesia de los Trinitarios, una fuente y una plaza donde sentarse en sus bancos de piedra.

Plaza de La Lagunilla, antigua morada de Manolete, en donde aun es posible encontrar viejas casas de vecinos cuya travesía se ha hecho pública. Frente a esta plaza otro nombre de rancio abolengo y cuna de grandes figuras del toreo: Mayor de Santa Marina, en la que encontramos una ermita hoy dedicada a los patronos de la ciudad: San Acisclo y Santa Victoria.

En la Plaza del Conde de Priego, en el popular Barrio de Santa Marina, se erige la figura del torero más insigne de la ciudad, Manuel Rodriguez Sánchez «Manolete», obra escultórica de Manuel Álvarez  Laviada que fue declarada conjunto escultórico en el año 1956.

escultura a Manolete en Córdoba

La Cuesta de San Cayetano, hermoso escenario del Jesús Caído y que corona la Parroquia de San Cayetano es otro lugar emblemático y digno de admiración.

Cristo de los Faroles en Córdoba

El Cristo de los Faroles. Es, junto a la Virgen de los Dolores (con quien comparte emplazamiento), la imagen más venerada de la ciudad y el emblema de una fuerte tradición y fervor religiosos. Ubicado en la famosa Plaza de Capuchinos, se cree fue modelado sobre el año 1794 y cuya autoría se adjudica a Juan Navarro León. La peculiaridad de esta plaza, como muchas de las callejuelas más típicas de Córdoba, es que aun conserva el empedrado en el terreno, lo que significa cierta incomodidad al caminar pero enaltece el carácter tradicional e histórico del sitio. Junto a la imagen se puede admirar la de la Virgen de los Dolores, solo que situada dentro de su propia iglesia. Aun en su sobriedad, esta plaza no está exenta de belleza y hermosura, de hecho, el poeta cordobés Ricardo Molina, dijo de esta explanada: “ no es más que un rectángulo de cal y de cielo”. Así también, se sabe de la profunda fascinación que el arquitecto madrileño, Rafael de la Hoz, sentía por este rincón cordobés, al que le dedicó estas palabras: “jamás en arquitectura se ha dicho más con menos”.

La Plaza de San Lorenzo, un encantador emplazamiento que aumenta su belleza gracias a la imponente iglesia del mismo nombre.

Rejas y Balcones en Córdoba

Las rejas y balcones son un distintivo de la ciudad. Paseando por su casco antiguo es posible deleitarse con el reventar de las flores que pelean por ser la más hermosa dentro de una jardinera estratégicamente situada para ser bien vista aun de lejos. En la soledad de esas calles, el viajero puede sentirse acompañado por la magia floral y el intenso aroma a jazmines y el asfalto recién regado.

El “Balcón del mundo”. Así se le llama a un mirador ubicado en la Crtra. de trasierra desde donde se contempla entera la ciudad, su sierra y, a lo lejos, su majestuosa campiña.

El patio de los Naranjos, o patio de las abluciones, zona exterior de la Mezquita Catedral, espacio de singular belleza donde darse un trago de agua fresca y descansar los pies tras la caminata por la Judería en los meses de calor. Mítico lugar de encuentro de la madre y su hijo, en Semana Santa, compone un entorno de obligada visita y deleite visual.

La Judería, barrio que rodea la Mezquita Catedral, es un entorno de calles empedradas y estrechas con un claro sentido peatonal, en donde  nos invade el silencio y la luz a partes iguales. Llama al tranquilo pasear por sus calles y a dejarse embutir por la Calleja de las Flores, estrecha travesía que conduce a una pequeña plaza, en donde no será posible vencer la tentación por inmortalizar el ambiente que nos rodea.

La Plaza de las Tendillas, en pleno centro, es a menudo escenario de concentraciones de ciudadanos para protestas y celebraciones, como los triunfos deportivos o la toma de las uvas cada 31 de diciembre. Son famosos en dicha plaza el monumento al Gran Capitán, el reloj, que a golpe de guitarra flamenca avisa de los cuartos, las medias y las horas punta, así como el edificio de La Unión y el Fénix.

Plaza de las Tendillas en Córdoba