Qué y dónde comer en Granada

tapas típicas granadinas

Todo lo que puedes comer en Granada tiene su fruto en el enorme legado árabe. Es una cocina muy popular, muy rica y variada, dado el diverso abanico climático de sus distintas zonas geográficas.

En Granada hemos probado, sin despeinarnos, las manos de cerdo al ajopollo, un plato que esconde una gran variedad de especias y que tras su complicado nombre esconde uno de los manjares más deciliciosos de los andares del porcino. Podemos también recomendarte la perdiz en escabeche y el pollo alpujarreño.

Típicos, pero típicos pueden nombrarse al gazpacho, que extiende aquí su hegemonía por toda la región andaluza, más la famosa mundialmente «tortilla de sacromonte», plato que si sois muy escrupolosos con los despojos no debéis pedir, ya que está hecha con sesos y criadillas de ternera. También las habas con jamón, imprescindible tomarlas del tiempo, con el que puede  uno deleitarse con un plato de auténtico gourmet.

Cocina típica de Granada

En Granada también se come «de cuchara», buena prueba de ello es el potaje gitano, la cazuela de cardos o la olla de S. antón (fotografía de la izquierda), este último plato de llenar el depósito al límite, repleto de buenas carnes de la tierra, como cerdo, tocino, morcilla y oreja de cerdo.

Un sacrilegio es marcharse de la ciudad sin probar sus gachas pimentoneras, o sus migas, tan apetecibles cuando el frío arrecia… Otros platos contundentes, de los de mojar pan, son el cordero segureño o los gurullos de perdiz.

Un plato supersencillo, barato, de comer al mediodía, en una pequeña tasca, son las patatas a lo pobre, una combinación culinaria de huevos y pimientos fritos, eso sí, en un aceite de oliva de andalucía, para quitarse el sombrero…

Por otro lado, como en toda la costa mediterránea andaluza, lo típico para pedir son las sardinas ensartadas en espetos. Aunque si de pescados hablamos, dada la crianza de la trucha en Río Frio, es posible probarla en todos los restaurantes elaborada de muchos estilos.

Y de los postres hay que destacar que Granada tiene una gran tradición conventual, prueba de ello son los soplillos, tocinos de cielo, pestiños, roscos de loja o la tarta de gloria.

Por último, para regar convenientemente tales viandas, nada mejor que un bueno caldo D.O. Costa, madurado en bodegas de índole familiar al más puro estilo artesano.

España es tierra, tradicionalmente, de tapeo, y Granada no se queda atrás. Aquí, como en muchos sitios de nuestra geografía, una buena cerveza se acompaña de un pequeño plato que representa lo mejor de la gastronomía del lugar, aquí, a la tapa, se le llama «tapiya chula», un curioso nombre para un aperitivo sobradamente conocido por los que somos aficionados a las rutas gastronómicas.

En Granada también llama la atención la manera de llamar a sus tapas típicas, lo normal es que oigas nombres como «calzonciyo» cuando te sirven una empanadilla rellena, «bomba», para referirse a una patata asada que se ha rellenado de carne o «salaíyo», que no pudimos probar pero que pensamos es bueno que conozcas por si eres de los que se atreve con todo.

tapear en Granada

Dónde comer de «tapas». Pues aquí tienes hasta aburrirte. Prácticamente en la totalidad de los bares, tabernas, mesones y restaurantes vas a encontrar las mejores tapas de la ciudad, pero vamos a trasladarte la lista que nos trajimos de sitios que hemos probado, más los que nos recomendaron, para que tengas una buena variedad para elegir.

Las Bodegas Castañeda son muy tradicionales en Granada, con unos excelentes bocadillos y para tapear exclusivamente. Tienen, según lo que nos dijeron, dos bares en Granada. Para comer montaditos, un pequeño bocadillo de cientos de sabores diferentes (lomo, tortilla, morcilla, atún, jamón con aceite, lomo con pimiento, etc..) La gran taberna, que está en la Cuesta de Gomérez. Para probar una berenjenas rebozadas como las de tu madre, Bar Julio, en la Calle Hermosa, o para la carne en salsa y unas buenas migas, Casa pepillo, en la Carrera del Darro.

Uno de los Bares más bonitos de Granada es Casa Enrique, en Acera del Darro, para deleitarse con unos buenos ibéricos. Para probar la tortilla de patata más grande que hayas visto nunca, Las prensas, en Manuel de Góngora.

Por otro lado, en el Albaicin, el barrio más emblemático y bonito de la ciudad, no podía dejar de ofrecer lo mejor de su gastronomía. En Casa Juanillo, ubicado en el Camino del Sacromonte, podrás cenar la típica tortilla de sacromonte y patatas a lo pobre. Y si lo tuyo es el queso, pues podrás deleitarte con una buena tabla de quesos en El agua, que está en la placeta aljibe del trillo.

El Mesón Puerta del vino, por la zona del paseo de los tristes,  te ofrece una enorme selección de tapas y unos precios muy buenos.

Otro barrio típico, el realejo, está preñado igualmente de buena oferta culinaria, aquí tienes mesones en donde, si la morrilla te acompaña, podrás probar los típicos flamenquines cordobeses, concretamente en Los Martinetes, o deleitarte con la exquisita carta de fritos (pescadito, principalmente), en La esquinita, también en el realejo.

La zona de bares de la plaza de toros es la menos típica pero hay muchos nuevos establecimientos con precios sumamente competitivos y donde quizá se coma mejor, por estar menos llenos de gente a la hora de comer.  En Tendido 1, por ejemplo, podréis tapear tranquilamente hasta bien entrada la madrugada.