Durante la prehistoria se sabe y se ha comprobado que ya existía civilización en esta tierra, testimonio de ello son las cuevas que han sido encontradas, como la cueva de Santa Ana, la cueva del Conejar o Maltravieso. Se han encontrado en ellas restos de manifestaciones pictóricas que rebelan la existencia de una civilización desconocida.
En el siglo I a.c. llega el Imperio Romano al territorio asentando sus campamentos en la colina de manera permanente y donde se fundaría la colonia Norba Caesarina. De este periodo se conserva la puerta más antigua de las murallas, la Puerta del Río o Arco del Cristo. Cerca de este enclave se situa una vía de comunicaciones que posteriormente se conocerá como Vía de la Plata.
Más tarde, durante el siglo V d.c., llegarán los Visigodos y los musulmanes que levantarán de nuevo la ciudad sobre los restos romanos. De esta época quedan testimonios como la cerca de la alcazaba, el gran aljibe del que hoy es el Palacio de las Veletas, o la muralla de adobe que se construye para repeler el ataque cristiano.
Es en 1229 cuando finalmente la ciudad es reconquistada por Alfonso IX, monarca del reino de León. A partir de este momento Cáceres se convierte en una villa libre siendo repoblada por asturianos, gallegos, castellanos y leoneses.
Llegarán momentos de bienestar y convulsiones internas. Se fomentará la construcción de edificios religiosos sobre las mezquitas musulmanas, todo ello ayudado por las grandes fortunas que llegan del Nuevo Mundo.
Esta condición de villa se mantendrá hasta que en 1882 el rey Alfonso XII la erige en ciudad. Durante el siglo XIX, Cáceres comienza una época de bienestar, la industria como la minería, y, el ferrocarril la dan un claro empujón y permiten a la ciudad ampliarse hacia el sur, lo que implica un florecimiento de la arquitectura modernista y un renacer de la burguesía comercial y agrícola.
Hoy en día Cáceres se ha convertido en una ciudad de servicios y un importante núcleo universitario. Su actividad cultural es constante y destacable, son habituales sus certámenes literarios y artísticos igual que sus festivales. Es una capital que ofrece modernidad coexistiendo con un viaje al pasado en su recorrido monumental.
En cuanto a sus tradiciones, Cáceres, sigue celebrando sus mejores citas. La celebración de San Jorge en la que desfilan y luchan los moros y cristianos, y tiene lugar la escenificación de la reconquista de la ciudad por Alfonso IX, y, la quema del dragón en la Plaza Mayor. Sus numerosas romerías coma la de la Virgen de la Montaña, en la que los cacereños homenajean a su Patrona. O sus fiestas populares como las Candeladas, San Blas o la Feria de Mayo.
Digna de visitar es su Semana Santa, declarada de Interés Turístico Nacional en la que participan cofradías de las más antiguas de España.