Historia de Zaragoza

Si bien han sido encontrados restos de la presencia humana procedentes de etapas históricas como el Neolítico, la constancia real de una urbe, como tal, se remonta al siglo VII a.C., en la edad del Bronce. También existen indicios de la era inmediatamente posterior, la Primera fase de la Edad del Hierro.

Salduie

Tras estar ocupada por uno de los pueblos Iberos, los sedetanos, no existe prueba de un asentamiento prerromano, al menos de una manera muy certera, por lo que al establecerse el pueblo romano no tuvieron demasiados problemas ya que los Sedetanos eran reconocidos aliados de Roma. Por aquel entonces la ciudad era llamada Salduie. Con la conquista de Roma a la ciudad Ibero-sedetana, en el año 15 a.C, la ciudad pasa a ser denominada Caesaraugusta en honor a su fundador, César Augusto. Desde este momento la ciudad, como urbe inmune, pasa a estar exenta del pago de tributos y adquiere los derechos a acuñar monedas.

Comienza un periodo de esplendor y expansión de Caesaraugusta. Se realizan numerosas edificaciones, entre ellas un puerto fluvial (desde el que partían las mercancías por la ruta del valle del Ebro), un anfiteatro, las primeras termas públicas y un puente, sobre el que hoy se asienta el actual Puente de Piedra. Se inician también diferentes estructuras encaminadas al abastecimiento del agua a la ciudad, como muestran los restos de fuentes y tuberías encontrados. Se cree, además, que el primer establecimiento de una muralla de fortificación pertenece a este periodo histórico, consolidándose en los siglos posteriores. La ciudad, además, ve surgir un enorme interés por la cultura.

Mapa Caesaraugusta

Este es el mapa de la antigua Caesaraugusta, con zonas delimitadas, como el Puerto Fluvial (4), Termas públicas (5), el Teatro (6) y la Muralla (7)

La muralla que se había levantado alrededor de Caesaraugusta juega un papel fundamental, en el siglo V, en el intento de invasión de los bárbaros, que ya habían tomado todo el Occidente ocupado por Roma, aunque la ciudad aguanta, incluso, dos gobiernos más, el del emperador Flavio Julio Constante y posteriormente el de Valerio Mayoriano. Sin embargo, el imperio romano estaba desmoronándose y esto, motivado además por frecuentes invasiones de rebeldes, entre ellas las revueltas bagaudas, acaban desplomando todo poder romano y favorece la entrada del pueblo germánico de los visigodos.

Así que, según constancia histórica, en el 472 Caesaraugusta es tomada por completo y pasa a formar parte del por entonces reino visigodo de Tolosa, bajo el gobierno de Gauterico (que también conquistó Pamplona) y cambió su denominación a la de Cesar Acosta.

Sobre el año 507 el reino visigodo de Tolosa había sido destituido a los visigodos  por parte del pueblo franco, que ya se había establecido en el norte de Francia, ocupando, además, Bélgica, Holanda y una región alemana. El ejército de los francos, que ya había ocupado la provincia Tarraconense, arribó con tremenda fuerza en Cesar Acosta aunque la ciudad aguantaba la batida por estar constituida como una magnífica fortificación. Aquí existen confrontadas versiones del por qué los francos no pudieron dominar la ciudad de Cesar Acosta, independientemente del hecho de ser una región tremendamente protegida por sus murallas. Hay quien habla de que los francos se rindieron ante una estrategia de los habitantes de Cesar Acosta, que desfilaron delante de las tropas portando túnicas y realizando cánticos, que les supuso una rendición ante la enorme superstición que sintieron. Otras fuentes hablan de que, ante la proximidad de tropas visigodas, el ejército franco se retiró del ataque e inició la negociación de una tregua, hecho que no les sirvió para retirarse por completo pues fue exterminado.

La era de la alta Edad Media en Zaragoza transcurre con numerosas revueltas nuevamente protagonizadas por el ejército franco, que pretendía levantar la hegemonía del Emirato de Córdoba, extendido a buena parte de la península.

Sobre el 1118 se produce la conquista cristiana de Zaragoza, después de numerosas tentativas, de la mano de Alfonso I «el batallador». El reino de Aragón se consolida, a pesar de algunas ofensivas, y la ciudad pasa a ser cabecera del reino en el 1205 y testigo directo de la coronación de los monarcas de Aragón.

Zaragoza toma un decisivo peso político, siendo parte fundamental y decisiva en las guerras contra Castilla. Su poder administrativo, además, le hace merecedora de la existencia de nombramientos de altos cargos y de la división del ordenamiento en dos grandes estamentos, por un lado la administración real y, por otro, la municipal, esta última representaba a la población mediante la influencia de los concejos que regulaban diferentes ordenanzas, creadas por los propios vecinos.

El crecimiento demográfico se define con la extensión del territorio, se crean distritos, la mayoría de ellos guardándose en el interior de la muralla. Aún así, se desarrollan otros barrios en el extrarradio y que comienzan a conformar la estructura de división territorial que hoy presenta Zaragoza, como los barrios de San Miguel, San Lorenzo, San Juán del Puente o San Blas.

A nivel arquitectónico comienzan a establecerse las definiciones cristianas en la Catedral de la Seo, que pasa a ser, de Mezquita, la Catedral y se convierte en la Sede Episcopal. El Palacio de la Aljafería, antes alcázar musulmán, pasa a transformarse en el asiento del Tribunal de la Santa Inquisición de Zaragoza.

El censo de habitantes es muy bajo en este período, por lo que se accede a la incorporación de otras poblaciones, permitiendo la permanencia de los musulmanes, aunque confinados en barrios, la Morería, y aceptando que estos cuenten con sus propios tempos de oración y mercados de abastecimiento. Las labores de repoblación dan sus frutos y se calcula que a comienzos del siglo XV se alcanzaban los 20.000 habitantes.

A nivel de riqueza la ciudad ve basar sus ingresos en fuentes como la agricultura y la ganadería. Se instalan y asientan, además, industrias artesanas, como la referida a la producción textil o a la cerámica. Este crecimiento trae consigo la proliferación de gremios profesionales y se establece una casa para acuñar monedas de oro y cobre.

En el siglo XVI la ciudad recibe un florecer cultural (con la fundación de la Universidad), arquitectónico (erigiéndose como un claro conjunto monumental) y urbanístico, ya que se consolidan las murallas con el fin de delimitar ciertas áreas. Se inicia un claro proceso de construcción de casas palaciegas con motivo del asentamiento de familias pudientes, que procedían no solo de los comerciantes con más poder adquisitivo sino de la descendencia de los nobles.

Como la población sigue creciendo, por entonces ya alcanza los 25.000 habitantes, las necesidades de recursos aumentan, por lo que prolifera la creación y expansión de huertas y campos de cultivo. Se desarrolla rápidamente el comercio textil y comienza a despuntar la tradición del curtido de la piel. Por entonces la mayoría de la economía están en manos de familias nobles, que siguen enriqueciéndose, esta vez al rentar tierras y conceder préstamos, todo ello mientras, a nivel político, Zaragoza es gobernada por los Austrias.

Sin embargo, la mala gestión de estos trajo consigo que, en el siglo XVII, un importante decrecimiento económico, que se agravó por conflictos políticos y sociales como la expulsión de los moriscos. La llegada de epidemias consiguió un decrecimiento importante, a muchos niveles.

Plano de Zaragoza en 1808

El siglo XVIII, con la Guerra de Sucesión, y el periodo cultural de la Ilustración, se sucedieron numerosos cambios, trayendo consigo transformaciones a nivel político, administrativo y cultural.  El siglo XIX fue muy duro para Zaragoza, pues la Guerra de la Independencia, que supuso la ocupación de las tropas francesas, consigue un decrecimiento en muchos órdenes. No obstante, con la liberalización de las tierras y la ocupación de diversas obras de arte y bienes procedentes de las familias más pudientes y de la Iglesia se consigue un mayor equilibrio económico y, poco a poco, esto va reflejándose en un crecimiento demográfico notable. A nivel de estructura como urbe, la gran revolución llega con la incorporación del ferrocarril, lo que le permite ser un centro de comunicaciones con todo el norte y nordeste. Se construyen importantes edificios y es significativa la inauguración de la Facultad de Medicina (imagen inferior)), la creación de una entidad Bancaria ( la Caja de ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza) y la instauración del teléfono. Es cuando se inicia un proceso amplio de industrialización de la ciudad, que se prolonga por todo el siglo XX, incidiendo en el crecimiento demográfico, urbanístico y económico. A nivel social se inician determinados movimientos, encaminados a la protección de colectivos, como los sindicatos, y proliferan los medios de comunicación escritos (prensa) que buscan cubrir un amplio abanico social.

Antigua Facultad de Medicina

Antigua Facultad de Medicina

Pero este es un periodo, además, de convulsión política, con un Golpe de Estado de por medio (el comandado por el General Primo de Rivera), que corta las alas a muchos movimientos de libertad social con la implantación de una dictadura que se prolonga por espacio de 7 años. Más tarde, la guerra Civil, de 1936, y un periodo de gran penuria y escasez.

A final de la Dictadura franquista el principal objetivo es el de conseguir un estado de libertad, principalmente a nivel político. Se realizan, además, en este periodo las primeras elecciones democráticas, y los nuevos gobernantes buscan, principalmente, paliar necesidades sociales y reconstruir urbanísticamente la ciudad.

En pleno siglo XXI la ciudad sufre un importante empuje económico con la celebración de la Exposición de 2008. Varios objetivos hay fijados para este nuevo período, como el de establecer a Zaragoza como Ciudad logística, del transporte y del conocimiento. Para ello son cruciales el desarrollo de infraestructuras encaminadas a situar a la ciudad en un punto neurálgico de comunicaciones y en explotar ampliamente su potencial cultural.