Como ciudad que formó parte de acontecimientos de índole histórico en España, sus más de 3000 años de antigüedad le han hecho acreedora de hermosos rincones, dotados de encanto y atractivo para el turista que la visita. Entre todos ellos, destacamos los siguientes:
Oratorio de la Santa Cueva, ubicada en Calle Rosario nº 10. Se trata, como su propio nombre indica, de un emplazamiento de naturaleza religiosa, dedicado a la oración. Destaca su capilla, que alberga 3 obras pictóricas de Goya, mucho más colorista que su capilla baja, más solemne.
Baluarte de la Candelaria (fotografía izquierda). Actualmente edificio destinado a Museo, esta obra de fortificación está dotada de un poderoso muro de protección y data del siglo XVII, partiendo de la idea original del gobernador de Cádiz Diego Caballero.
Parque Genovés (fotografía superior). El Parque Genovés, coloquialmente conocido como “El perejil”, por la abundancia del verde de su vegetación, es una de las zonas con más encanto y arraigo en Cádiz. El parque está compuesto por una enorme cantidad de especies autóctonas, que se completa con un interesante y valorable catálogo de especies tropicales o asiáticas, incluso puede enorgullecerse en poseer un ejemplar endémico de Nueva Zelanda, el pohutukawa. Las especies vegetales se entremezclan con algunas esculturas, conmemorativas a gaditanos ilustres, como las del poeta José María Pemán o el religioso Celestino Mutis.
Teatro Romano (fotografía derecha). Tras sufrir diversas restauraciones y un profundo acondicionamiento para la visita, el Teatro Romano de Cádiz supone una exposición arqueológica de incalculable valor, que ha ido descubriéndose progresivamente del entierro. Actualmente pueden contemplarse, casi en su totalidad, las diferentes estancias: muros, galerías, fachada, gradas, etc., constituyendo un elemento de obligada visita durante la estancia en la ciudad.
Yacimiento Casa del Obispo. Se trata de otro elemento arqueológico de suma importancia. Constituye, en sí mismo, una exposición sobre las distintas ocupaciones que ha ido sufriendo la ciudad en sus 3000 años de historia. Se ha ido componiendo gracias a los descubrimientos de diversos restos romanos y fenicios y sus instalaciones recrean, suponiendo con ello un material documental valiosísimo, las civilizaciones y modo de vida de estas.
Antigua fábrica de salazones (fotografía izquierda). Del proceso de salado del pescado que ya pusieron en marcha los romanos nos queda este grato recuerdo, claro vestigio del alto conocimiento industrial que ya poseía esta civilización. Los restos de esta fábrica de salazones fueron descubiertos en 1995, al ser encontrados parte de ellos entre los vestigios de un antiguo teatro. Hasta reunir el conjunto que hoy puede contemplarse hicieron falta arduas tareas de excavación y adecuación. Desde el año 1998 mantiene el nombramiento de Bien de Interés Cultural.